viernes, 5 de noviembre de 2010

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-¿Puedes hablar?- pregunte extrañado.

-Pues, ¡sí!- contestó y abrí la boca para replicar, pero el alzó su gran zarpa para pedir palabra- No podía hablar hasta que no estuviera completo, eso contestara a tu futura pregunta. Bien, hay cosas que me gustaría decirte In lak Ech…-

-¿Por qué me llamas is lak ech? ¿Qué significa eso?- lo mire extrañado y dije en broma - ¿No será un insulto?¡hum! A propósito ¿Cómo te llamas tú?, ¿Qué tanto sabes de mí?-.

-¡Por favor no me interrumpas con tu insensatez! Cada persona tiene un primer nombre, me enorgullezco al menos de acordarme del tuyo In Lak Ech; al menos memorízate tu verdadero nombre. Soy Cogitatus y si de ti tanto se, es porque no es la primera vez que pasas por aquí. Una visita para cerrarlo y otra para abrirlo, en este caso - Ondeo su melena en señal de que le resultaba divertido, y rió dejando ver todos sus colmillos -¡Jajaja! Es irónico las vueltas que da el tiempo para las almas, aunque esta vez no has muerto. Aunque lo intente yo. ¡Bien! Como habrás comprobado no me gustan mucho las visitas inesperadas. -dijo y girando en redondo empezó a arrastrar el ovillo- así permíteme que te acompañe hasta tu siguiente destino, ¿sabrás que la puerta estará abierta tanto de salida como de entrada? Si la abres lo de dentro estarán desprotegidos-.

-¡Lo se! Lo que no sabía es que la cerré, ¿Por qué?-le pregunté.

-Ironías de las almas- me respondió- Solo querías protegerlos a todos, como siempre-.

-Entonces, ¿él es el malo?-.

-¡No!, pero tampoco es bondad- dijo Cogitatus – Simplemente crea y destruye. Esta en su ser, es simplemente uno de muchos-

-¿Los humanos se merecen la salvación? –dije, formulando así la pregunta que mas daño me hacia desde hace mucho tiempo.

Cogitatus se detuvo. Me miro detenidamente, parecía que quería escoger bien sus palabras y por fin hablo: “Eso depende de la visión de la cual el sabio este observando en ese punto. Ya depende si quieres salvarlos o no, pero cada existencia siempre merece una oportunidad de vivir” y seguimos avanzado hasta una pared sin decir nada.

Cuando nos acercamos, Cogitatus arrojo el ovillo que estaba arrastrando hacia la pared. El ovillo rodo. Cuando fue a chocar, desapareció y en su lugar apareció un puerta triangular de madera pintada de verde, con 3 pomos en cada uno de los lados.